«¿Se le permitirá a la agricultura alimentar a 9 mil millones de personas?». Con este interrogante, puesto en la pantalla central del Salón de Conferencias de la Bolsa de Cereales de Córdoba, disertó Robert Saik, un Agrónomo canadiense dedicado a actividades de consultoría sobre agricultura y actualmente ocupado en acciones de esclarecimiento sobre las virtudes de los alimentos producto de Organismos Genéticamente Modificados.
Situó el debate en la confrontación de ciencia-anticiencia. Su postura apunta a desenmascarar a muchas organizaciones profesionales del ambientalismo, a las que descalificó por los aportes multimillonarios que reciben para desplegar sus campañas. Entre ellas, incluyó a Green Peace.
“ Los (alimentos) orgánicos son un gran negocio”, afirmó, asegurando luego que también usan pesticidas igual que la agricultura “convencional”. “Hay mucho dinero invertido en la venta de miedo”, añadió.
Denunció la hipocresía de muchos ambientalistas, como la diseñadora de modas Vivienne Westwood, que dijo que “quiénes no puedan pagar alimentos orgánicos deben comer menos”.
“Las voces del fanatismo están tapando a las de la ciencia, el activismo está dañando a la gente más pobre”, sostuvo.
Apuntó que en el mejor de los casos, si todo se hiciera orgánico, sólo alcanzarían al cabo de un proceso de años, para alimentar 4.000 millones de personas. ¿Y los otros 3.000 millones? Serán más cuando la población mundial llegue a 9.000 millones.
Eso lo llevó a señalar que la ingeniería genética ayudó en estos últimos años a producir más alimentos que en los 5.000 años anteriores.
Ilustró a la concurrencia sobre los modos de poner en estado de verdadero conocimiento a la comunidad, para lo cual hay que trabajar con decisión a distintos niveles. O sea, no dijo nada que no se le haya dicho a los productores agropecuarios. Más aún, explicó que no hay otra manera para desarrollar esa labor de esclarecimiento que aportando recursos, tanto las empresas, como el Estado y los propios agricultores (que sí lo hacen en Canadá). “Necesitamos educar”, puntualizó, resumiendo su pensamiento.
Vecinas de Malvinas Argentinas
Vecinas de Barrio Malvinas Argentinas, presentes en la reunión, solicitaron que se colabore en el esclarecimiento de las problemáticas de los transgénicos y los agroquímicos “transmitiendo la verdad”, porque el pueblo quiere tener en claro esos temas, pues está en juego la instalación de importantes fuentes de trabajo (entre ellas, la paralizada planta de Monsanto).
Reprocharon a quiénes organizaron movimientos de oposición que en lugar de ser ambientalistas se convirtieron en contaminadores del ambiente social y hasta de los espacios públicos de la población.
Roberto Saik estuvo en Córdoba invitado por la Comunidad Agroalimentaria, AAPRESID y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos. Esta semana también estará en el 23er. Congreso de AAPRESID en Rosario.
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