jueves, 28 de marzo de 2024
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Ojalá que los candidatos sepan escuchar al campo

“Ojalá que los candidatos a presidente y que quién luego resulte elegido sepan escuchar al sector productivo agroalimentario”, expresó el presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, arquitecto Juan Martín Buteler, exteriorizando qué espera de parte de los políticos que se proponen para conducir el próximo turno institucional del país. Lo hace con expectativas que mide con prudencia, porque “esto que parece tan fácil, abrir el oído, no se aprecia que se practique una vez que se entra a la Casa Rosada”. Es una historia repetida que provoca cautela.
La Bolsa de Cereales de Córdoba cerró el 2014 con la presentación de un trabajo que demuestra que el conjunto del sistema productivo agroalimentario de Córdoba (campo + agroindustria) tiene mucho mayor peso que sectores como la industria automotriz o la construcción que, en el imaginario urbano, supuestamente son más importantes. Su contribución al Producto Bruto Geográfico triplica a la de las fábricas de autos y duplica a la de la construcción. En empleos, ocupa dos veces y media más gente que la industria automotriz.
Ese estudio, realizado conjuntamente por el Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba y el IERAL de la Fundación Mediterránea, deja perfilada una línea de acción que Buteler sintetiza:
-Ese trabajo –define- no nos lleva a generar competencia (con otros sectores económicos) sino que aspiramos a hacer ver a todas las partes que tienen incidencia en la toma de decisiones a nivel político, ya sea municipal, provincial y en la Nación, si es que nos quiere escuchar, la importancia del sector productivo agroalimentario. Sostenemos que articulando políticas a partir de la producción agropecuaria sus beneficios se irradian enseguida por distintos canales hacia otros sectores, como la construcción y la industria automotriz. Por ahí pasa el nodo de la cuestión nacional.
-Además, en el mundo, las grandes potencias industriales primero son grandes potencias agropecuarias, no?
-Ya conocemos cómo los países europeos se preocupan muchísimo por el sector agropecuario y hacen un esfuerzo enorme para retener a la gente en sus lugares de orígen, contribuyendo a la ocupación del territorio y al desarrollo. Sería interesante que emuláramos esos procesos, en su concepto esencial.
-Aparte, hay ejemplos cercanos de políticas pro-campo, como en Brasil, Uruguay, incluso Paraguay  …
-Visitamos recientemente Brasil. Hemos visto la respuesta de los productores. ¿Por qué? Porque tienen una política estable. Tienen otros problemas, no digo que sea la panacea, pero las políticas agropecuarias son estables, lo cual permite que el productor pueda mirar hacia delante pues tiene abierto un camino sobre el cual andar y proyectar. Preguntamos por qué no se obtienen biocombustibles base soja y nos respondieron: porque hace muchos años el gobierno optó por hacerlo con caña de azúcar y maíz, sin “desparramar” esfuerzos. O sea, hace 30 años se fijaron un rumbo, lo siguieron y llegaron a ser uno de los mayores productores y exportadores de etanol del mundo.
-Qué contraste: aquí incluso las reglas para la industria del etanol cambiaron bastante en el 2014. La industria del bioetanol de Córdoba aporta el 77% de la producción nacional base maíz y según trasciende, hoy está con una ecuación que torna bastante dificultosa su gestión …
-Estos emprendimientos demandan inversiones muy importantes, son proyectos que deben trazarse a largo plazo, no puedan diseñarse con un horizonte de 3, 4 o 5 años, o un período presidencial para medirlo de otra manera. Requieren políticas de Estado de largo plazo, que los gobiernos tienen que mantener en el tiempo. Ojalá que por lo menos perduraran 8 años: está visto que no duran ni un par de años dentro de una misma gestión de gobierno.
Firmar un empate
Durante la reunión de presentación del documento referido a la contribución de la producción agropecuaria y de alimentos a la economía de Córdoba, uno de los disertantes invitados, Teo Zorraquin /consultor privado y asesor CREA), manifestó que si en la actual campaña agrícola “me proponen empate, firmo”. Vale decir, cero rentabilidad, pero sin pérdidas.
Como él, muchos ven al 2015 como una suerte de “puente” a atravesar hacia el 2016.en que suponen (anhelan) que habrá un mejor ambiente de negocios.
“Esa es la expectativa”, comenta Buteler. “Hay medidas que son muy elementales, que de elementales que son uno no entiende por qué no se toman”. Específicamente, para el trigo y el maíz, cereales en los que existe un holgado excedente para exportar y que el gobierno mantiene “pisados”, distorsionando mercados y precios y perjudicando al productor.

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